La epidemia de vandalismo que asuela la Ciudad sigue sumando capítulos nocturnos. En las primeras horas de ayer, un ataque anónimo contra autos estacionados en un sector de Tolosa dejó como saldo parabrisas astillados y varias ventanillas hechas añicos.
El episodio se registró en 524 entre 7 y 8. La que era una madrugada tranquila se rompió entre gritos y golpes, en un arrebato de violencia que duró apenas un suspiro; cuando los vecinos se percataron de lo que estaba pasando, los agresores ya habían huido.
“Dicen que hubo un minuto de ruido, y después todo terminó; la verdad, desde las habitaciones no escuchamos nada raro” admite Susana Ciancaglini: “pero a la mañana, cuando salimos a la calle, nos amargamos. La ventanilla del lado del conductor de nuestra camioneta, que había quedado del lado de la calle, estaba totalmente astillada”.
VARIAS VICTIMAs
Ese vehículo no fue el único que sufrió daños: otros tres coches amanecieron con los vidrios laterales destruidos, y a uno de ellos también le rompieron el parabrisas.
“Nunca había pasado algo así en este barrio, y tampoco es parte del circuito habitual de los motoqueros” recuerda Ciancaglini: “lo más cerca que teníamos conocimiento era en la zona de 11 y 524”.
La vecina lamentó que “con esto, además del perjuicio económico y de tiempo, los trámites ante el seguro y demás, mi marido que es gasista matriculado pierde por un día o más una herramienta de trabajo”.
UNA PLAGA DE “ROMPECOCHES”
El ataque de Tolosa marca el regreso, después de unas breves “vacaciones”, de los grupos que atentan contra los rodados estacionados en la vía pública.
A inicios de enero pasado, una madrugada de terror dejó como saldo decenas de ventanillas y parabrisas destrozados en Meridiano V, Barrio Norte, La Loma y parte del centro.
A la mañana siguiente, las principales casas de colocación de cristales se vieron abarrotadas de clientes, entre los que se contaron varios lamentando que además de atacar los vidrios les hubieran abollado las chapas a puro pisotón.
En la ocasión, los tramos de calle 70 entre 14 y 17, 34 entre 15 y 19, 21 entre 37 y 38, y 14 entre 44 y 47, fueron ejes de la barbarie. De todos modos, la mayor escalada de violencia de los últimos años tuvo lugar a mediados de 2011, cuando se dañaron más de cien autos en Ringuelet y Tolosa.
Para quienes no logran que sus compañías de seguros solventen los gastos, la reposición de un parabrisas o luneta puede implicar un desembolso de más de $1.500. Y el de una ventanilla, entre $500 y $1.000.
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