Fue un golpe rápido y redituable para los dos hombres que, pasado el mediodía del jueves, irrumpieron en las oficinas de una compañía de seguros del macrocentro de la ciudad. En escasos tres minutos recogieron 26 mil pesos después de controlar a un custodio privado y a los empleados que estaban en ese momento. El atraco fue incruento. Los ladrones lo concretaron sin disparar un solo tiro ni lastimar a nadie. Y con la misma velocidad con la que llegaron a la empresa aseguradora se esfumaron con el botín.
Una fuente policial señaló que el asalto ocurrió cerca de las 13 del jueves en la sucursal rosarina de la firma Liderar Seguros situada en la planta baja de un edificio de ocho pisos de Buenos Aires 1471. A esa hora, dos hombres de entre 35 y 40 años y vestidos con impecables trajes llegaron a la empresa aseguradora.
El local tiene cerradura eléctrica y, entonces, uno de los recién llegados tocó el timbre del portero eléctrico. El vigilador de la agencia de seguridad Centinela que estaba apostado en el lugar apenas tuvo tiempo de franquearle el paso. Enseguida, uno de los maleantes lo encañonó con una pistola. "Esto es un asalto", voceó el malhechor.
Intimidado por la irrupción de los asaltantes, el custodio no opuso resistencia. Entonces, los dos intrusos entraron al local ante la mirada atónita de los cinco empleados de la compañía de seguros, con sede en Capital Federal. Los ladrones se movieron con rapidez y, al parecer, tenían información acerca de los movimientos financieros de la compañía de seguros.
Con pasos seguros caminaron hacia el escritorio donde estaba sentado el cajero. "Dame la plata", le dijo uno de los ladrones en forma vehemente al empleado mientras los otros trabajadores observaban la escena desde el suelo. "Los ladrones obligaron a los empleados a tirarse al piso", explicó un oficial que sigue de cerca la investigación del robo.
La caja y el armario.
Azorado, el cajero, un hombre de 68 años —su identidad no trascendió— le sentregó una parte de la recaudación de la compañía. El efectivo estaba en la caja. Sin embargo, los ladrones no se conformaron con el dinero que habían recogido y anunciaron que pretendían más.
El trabajador se incorporó y se encaminó hacia el sitio donde estaba un pequeño armario. En el mueble estaba el resto de la recaudación de la firma. El empleado les entregó el dinero del armario y los malhechores reunieron un redituable botín. Los 26 mil pesos que había en la compañía aseguradora fueron a parar a manos de los intrusos.
Los ladrones se movieron con tranquilidad y en ningún momento tuvieron gestos cruentos. No lastimaron a nadie ni dispararon un solo tiro. Cuando concretaron su objetivo, decidieron marcharse. Atravesaron las oficinas y, una vez en la calle, desaparecieron sin que nadie haya visto hacia dónde escaparon. "Los empleados no pudieron ver si se fueron en algún vehículo", comentó el portavoz policial.
Ayer a la tarde, un cronista de La Capital intentó tomar contacto con las autoridades de Liderar Seguros, pero ningún empleado de la firma brindó detalles del atraco. "No puede entrar", dijo con amabilidad un vigilador privado apostado en la puerta de la firma. El custodio también señaló que ninguna voz de la compañía aseguradora planeaba hablar del atraco.