Al acordar con Hannover Re Group y con el Instituto de Reaseguros de Brasil, el Gobierno logró avanzar con su plan de reconvertir el negocio de los seguros. Ambas compañías se instalarán en el país antes de septiembre, fecha en la cual entrará en vigencia el nuevo régimen de reaseguros, que establece la obligación de radicarse en la Argentina para ofrecer el servicio.
El desembarco de las dos reaseguradoras se debe a la resolución 35.615, impulsada por la Superintendencia de Seguros, que obliga a las compañías de seguros a contratar reaseguradoras que operen en la Argentina. El cambio afecta a las 178 empresas que operan en un sector que factura US$8.300 millones, por la venta de seguros de riesgos patrimoniales, de vida y de trabajo. De ese monto, el 13,6% de las pólizas (para afrontar grandes riesgos o catástrofe) se reasegura en el exterior, lo que representa el pago de US$1.200 millones. Con la nueva resolución, el Gobierno pretende evitar la salida de divisas.
El objetivo para lograrlo es que las reaseguradoras internacionales, que venían operando a través de brokers, lo hagan desde la Argentina, tal como lo hará la alemana Hannover, que controla el 20% del mercado local. Además del Instituto de Reaseguros de Brasil, ¿habrá otros desembarcos? El superintendente de Seguros, Francisco Durañona, confió a iEco que hay tratativas diversas: “Estamos conversando con Nación, Provincia, La Caja y Sancor, entre las nacionales. Y entre las internacionales, hablamos con Munchener, Mapfre, Alterra”, enumeró. El funcionario anticipa que también tratarán de convencer a la inglesa Lloyd’s, una de las más críticas con respecto a los cambios.
El éxito o no de sus gestiones mantiene en vilo a las aseguradoras. El problema principal está en los grandes riesgos y en las catástrofes. Allí yace el reclamo más sonoro del sector. Esas son coberturas que requieren grandes reaseguros. “Hay riesgos que por su complejidad técnica no va a existir capacidad local para absorberlos”, indica Juan Aversa, director de Re Solutions S.A., broker de reaseguros de Risk Group. Es por eso que se reclama un mecanismo automático y bien explicitado que permita con “facilidad y rapidez” acudir a empresas internacionales para respaldarse, si así fuera necesario.
Aversa detalla algunos tipos de riesgos que podrían necesitar ese recurso: riesgos agrícolas, cobertura de control de pozos petrolíferos, aerolíneas, centrales nucleares, termoeléctricas, ferrocarriles, subtes, granizo, entre otros. Si bien estos riesgos representan un porcentaje menor a los masivos, un siniestro de gran envergadura puede provocar la quiebra de una compañía si no está lo suficientemente bien respaldada en el exterior.
De acuerdo a la resolución, estos riesgos se podrían reasegurar fuera del país, pero con previa autorización del superintendente, caso a caso. En el mercado reclaman ante la falta de una reglamentación que impida arbitrariedades. “Antes del mes de junio lo vamos a tener reglamentado”, promete Durañona.
El funcionario dice que se reconocerán las excepciones “en tanto estén bien fundamentadas”. Con la intención de poner paños fríos, la Superintendencia dictó una nueva resolución días atrás donde se aclara que las primas por reaseguros que superen los US$50 millones podrán contratarse en el exterior, pero en entidades que figuren en un registro del organismo. La jugada intenta asegurarles a los empresarios de seguros que la demanda de reaseguros tendrá algún tipo de respuesta.
De todos modos, Durañona sostiene que los temores están sobredimensionados ya que la demanda de reaseguros en el mercado internacional ya venía decreciendo. “En el primer trimestre del año 2011 se redujeron un 40% los pedidos para contratar reaseguros en el exterior. Si se mantiene esta tendencia, se quedarían US$500 millones en el país”, sostiene.
La entrada en vigencia de la nueva normativa coincide con el buen momento que atraviesa el mercado. “Este año estimamos que vamos a crecer del 4 al 6% en términos reales”, pronostica Francisco Astelarra, presidente de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros. El presente y el futuro del sector se avizora con optimismo. Es que es una industria, dice el directivo, que está muy atada a la actividad económica: en tanto el PBI siga creciendo, el sector va a seguir disfrutando de la bonanza. Y tanto los récords de la industria automotriz como los números de comercio exterior traccionarán favorablemente.
Sin embargo, a pesar del escenario favorable, muchas son las preguntas respecto de cuáles serán las empresas que desde septiembre finalmente serán las encargadas de reinaugurar el mercado de reaseguros con raíces en el país. “El mercado está esperando la reglamentación final para tener un panorama más claro sobre la reglas de juego. En los objetivos de fondo no estamos en desacuerdo con la resolución, pero faltan definir algunas cosas más para tener el panorama más despejado de dudas”, indica Aversa.
Durañona insiste en que si para esa fecha sólo se instalaron Nación y Provincia, “autorizaremos las contratación en el exterior en aquellos casos en los que estén justificados”. Pero hasta ahora, ninguna compañía local lo confirmó. Desde La Caja y Sancor Seguros estarían evaluando la posibilidad, pero aún no tomaron la decisión.
Más allá de esto, Durañona justifica los cambios que se avecinan. “Había un montón de contrataciones en calidad de reaseguros que no estaban justificadas. Por ejemplo, en 2010 se contrataron primas en concepto de reaseguros por US$1.250 millones y se pagaron siniestros por US$500 millones. ¿Por qué pasaba esto? Porque muchísimos ramos no tenían justificativo para tener un reaseguro en el exterior”, concluyó.