Primero, les tocó a los bancos; ahora, a las
compañías de seguros de vida y retiro. El Gobierno tiene previsto
obligar a la industria de seguros personales a colocar el equivalente al
5% de sus inversiones en instrumentos relacionados con la economía
real. Según confiaron a LA NACION varias fuentes del sector, la medida
forma parte del Plan Estratégico del Seguro, que está desarrollando el
superintendente de Seguros, Juan Bontempo, y que se dará a conocer el 21
de octubre próximo.
Bontempo, que participó ayer del 5° Seminario Integral
de Seguros de Vida y Retiro, organizado por la cámara del sector, Avira,
no dio detalles al respecto, pero dijo que el plan será como "la hoja
de ruta de la actividad" para lograr que el sector alcance una
participación del 5% en el producto bruto interno (PBI) en 2020.El superintendente sólo adelantó que los ejes fundamentales de trabajo pasarán por la creación de incentivos fiscales, la inversión del sector de seguros en la economía real y la discusión de los seguros obligatorios en la Argentina. "Es momento de rediscutir el marco normativo de la actividad aseguradora en la Argentina", dijo Bontempo.
Fuentes del sector, no obstante, confirmaron a LA NACION que la idea sería destinar, en principio, el 5% de las inversiones de las compañías de vida y retiro a proyectos relacionados con la economía real. Una medida que, para muchos, se asemeja a lo que se hizo, antes de la estatización, con las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), a las que se las había obligado a financiar la actividad a través de lo que en la jerga pasó a conocerse como el "inciso Q" o, más recientemente, con los bancos, que deberán destinar el 5% de los depósitos que capten del público a préstamos para empresas a una tasa de no más del 15% anual.
"Las inversiones del total del mercado hoy son más de 64.000 millones de pesos. El desafío es que, cada vez más, éstas se orienten hacia sectores de la economía real, que son los que van a reforzar el proceso de crecimiento de la economía y hacer que vendan más seguros", dijo ayer el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, que no dejó dudas sobre cuál será la política sobre la industria. Ya el Gobierno había obligado a las aseguradoras a repatriar el año pasado el dinero que tenían invertido en el exterior.
"Los llamo a trabajar para que esa cartera, hoy dirigida a activos financieros, se enfoque en la economía real. Este es un sector [por el de vida y retiro] que tiene un horizonte de inversión de largo plazo", agregó el ministro, que interrumpió a uno de los oradores y adelantó su ponencia en el seminario de Avira para llegar a tiempo a participar del anuncio que la presidenta Cristina Kirchner hizo ayer a través de la cadena nacional.
Sin acceso a los mercados de deuda, el Gobierno se las ha ingeniado en el último tiempo para hacerse de fuentes de financiamiento alternativas. Además de valerse en muchos casos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central (BCRA) que se hizo en marzo sirvió para aumentar los préstamos en pesos al Tesoro. Luego llegó la norma para que los bancos presten casi a pérdida a las pymes y, en la City, no pocos descuentan que la gorra vuelva a pasar por el sector financiero para recaudar fondos para YPF.
Como compensación para la industria, el Plan Estratégico del Seguro, que se conocerá en las próximas semanas, contempla aumentar los incentivos impositivos que existen para que los individuos compren seguros de vida y de retiro. Hoy, quienes contratan un seguro de vida pueden deducir del impuesto a las ganancias $ 900 anuales.
La cifra no se actualiza desde 1991, y según las estimaciones del sector, sólo a juzgar por la variación que desde entonces han tenido algunas variables clave de la economía, como, por ejemplo, las asignaciones familiares, no sería descabellado pensar en elevar ese monto a 7000 pesos.
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