El proyecto legislativo que, previo a la reforma del Banco Central, logró poner más nerviosos a los banqueros en los últimos años resurgirá de las cenizas de la mano de Carlos Heller.
El diputado confirmó a este diario que en quince días anunciará con su bloque el relanzamiento de la iniciativa que propone convertir a la actividad bancaria en un servicio público, pero que excluirá de ésta algunos puntos clave que ya fueron incorporados en la reforma a la carta orgánica del Banco Central.
El texto de Heller, que necesitará indefectiblemente del apoyo del oficialismo para ser aprobado, quedó virtualmente sepultado en los últimos meses por el tratamiento de la nueva ley para el Banco Central. Hace poco, el banquero consideró en su blog personal que la Presidenta había terminado por descartar su iniciativa al ceder al lobby del sector bancario, y que la nueva propuesta no satisfacía la totalidad de sus aspiraciones y de cambios sobre la actividad.
Cuando la Presidenta dice que el proyecto de ley de Entidades hace mucho ruido y pocas nueces, tengo el derecho de suponer que el mucho ruido tiene que ver con el lobby bancario, que no quiere que cambien la ley financiera. Puedo entender que ella cree que lo fundamental está en la reforma de la carta orgánica del BCRA y que lo otro genera ruido, expresó.
En su bloque Nuevo Encuentro empezaron a trabajar en estos días en una depuración del proyecto de ley.
La esencia va a ser la misma: va a mantener la propuesta de que la intermediación financiera sea considerada un servicio público. Pero va a excluir lo que resulte redundante con la reforma de la Carta Orgánica, comentó Heller a el Cronista. Y reconoció que, necesariamente, la ley deberá contar con el apoyo del oficialismo para ser aprobada.
La semana pasada, la presidente del Banco Central fue consultada en una entrevista con Página12 sobre la necesidad de modificar la ley de entidades financieras que hoy está vigente y que fue sancionada en 1977. No la descarto dijo, porque esa ley lleva el peso de ser una legislación de la dictadura. Tal vez deberíamos hacer el esfuerzo para modificarla para tener una ley nuestra. Sin embargo, las mutaciones que sufrió a lo largo de los años quedó configurada como una norma que no es restrictiva a la hora de plantearse políticas activas desde el Banco Central.
La ley de Heller prevé, además, limitar al 8% la participación de los bancos privados. El sector bancario tiene tendencia a caer en crisis sistémicas. Nuestra idea es reducir el riesgo sistémico a través de un límite al crecimiento para que no existan entidades demasiado grandes para salvar, promete el banquero.
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