Alejandro Bohn, uno de los dueños de la mina San José, ha reconocido que los 33 operarios atrapados desde hace 18 días por el derrumbe de la explotación no cuentan con un seguro médico que les proporcione cobertura para este tipo de incidentes, al tiempo que aclaró que será "difícil" pagarles sus sueldos debido a que los trabajos están paralizados.
Los dueños del yacimiento dejaron sin póliza a sus trabajadores después de un "prolongado cierre" de la mina de cobre y oro que provocó un importante "deterioro económico", del cual no han podido recuperarse. No obstante, aclaró que en estos casos la "cobertura de los seguros es bastante baja".
Ante esta situación, se contemplan varias opciones para resarcir a las víctimas, como el posible pago de indemnizaciones, pero tanto las autoridades como los propietarios de la mina San José --que quedará inactiva hasta nuevo aviso-- están "enfocados a rescatar a los trabajadores".
"Todo depende de lo que logremos hablar con las autoridades. La nuestra es una compañía minera pequeña, mediana, cuyo único yacimiento en explotación era la mina San José", dijo Bohn en declaraciones a Radio Cooperativa.
Bohn reconoció que por el momento es "difícil" cumplir con los salarios tanto de los operarios atrapados como de sus colegas. "Es difícil pensar que uno pueda proyectar a largo plazo, o mediano plazo, una empresa cuyo principal y único yacimiento está detenido", lamentó.
Aunque la compañía cuenta con otros yacimientos mineros que podrían explotarse, Bohn destacó que para ponerlos en marcha se requiere de una "inversión inicial".
Un total de 33 trabajadores quedaron atrapados el pasado 5 de agosto tras el derrumbe de la mina ubicada en pleno desierto de Atacama, en el norte de Chile. Apenas este domingo se tuvo conocimiento de que todos los mineros se encontraban con vida después de que una sonda logró llegar al refugio con una cámara de vídeo.
Horas más tarde comenzó el envío de agua y glucosa a través de "palomas mecanizadas" que en los próximos días les harán llegar otro tipo de alimentación y medicamentos, además de un cuestionario médico que deberán contestar los mineros para conocer su verdadero estado de salud.
A pesar de la polémica surgida tras el derrumbe, que ha puesto en vilo a Chile, los dueños de la empresa aseguran sentirse "tranquilos" porque es la primera vez que afrontan una catástrofe de este tipo. "Sus trabajadores estaban entrenados y tenían los dispositivos de seguridad para que, acontecido un evento de estas características, pudiesen tener la protección necesaria", dijo Bohn.
Las autoridades locales han asegurado que el rescate de los mineros implicará un proceso que podría prolongarse de tres a cuatro meses, debido a la profundidad en la que se encuentran atrapados. La intendenta de Atacama, Ximena Matas, anunció que se excavará otro túnel para mejorar la comunicación con los 33 trabajadores a través de un teléfono inalámbrico.
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